Yo vivo en un
lugar donde nos controlaban todo. La humedad, la luz, el aire, quien se
acercaba a nosotros. Nunca pensé que podría salir de allí. Algunas personas se
tomaban el tiempo de conocerme y otras me pasaban por alto solo por mi
cubierta. No cabe duda que son rápidos en hacer juicios. Ya estaba harto de
estar en ese lugar, tenía ganas de conocer otras cosas, pero nunca se me daba la
oportunidad. Un buen día una chica llego, y le parecí interesante. Me tomo
entre sus demás pertenencias y me llevo consigo. Antes de que pudiéramos salir
de aquel lugar debimos pasar por seguridad. Malditos policías. Fue algo
difícil, pero gracias a su credencial y mi apropiada etiquetación lo
conseguimos.
Me sentí tan
bien, no pudo guardarme en su bolsa, así que me llevo entre sus brazos. Todo
era tan fresco, era la primera vez que sentía el verdadero clima, el viento,
aquel que yo había visto agitar otras hojas. Incluso me moje, si fue un
desventurado incidente, pero rápidamente me secaron para que no me dañara. He
de confesar que fue una experiencia única. Al fin, llegamos a nuestro destino
final, si, un librero distinto, donde nada estaba en orden. Mis compañeros a la
izquierda y derecha no tenían nada que ver conmigo, todos éramos de temas distintos.
Sin orden, sin control, sin vigilancia. El sol era diferente a cada momento, se
sentía el calor, el frío. Sin embargo no me preocupe por irme haciendo viejo, por
cambiar de color, por ser diferente. Me gustaba estar ahí, entablar
conversaciones con mis compañeros sobre ciencias naturales, había un libro de
cuentos que nos amenizaba por las noches, incluso era vecino de una biblia con
la que me gustaba platicar. Siendo un libro de programación todo lo que
escuchaba anteriormente era sobre algoritmos y nuevas versiones que nos hacen
obsoletos más rápido que nuestras fechas de catalogación. Desgraciadamente sabía
que tenía que regresar a aquel lugar, sabía que tarde o temprano se vencería mí
tiempo afuera, dos semanas si es que la chica era usuaria foránea, pero
esperaba que me leyeran con tiempo, con pausa. Que mis hojas enseñaran algo a la
muchacha. Porque yo tenía la seguridad de que este tiempo fuera no se iba a
acortar porque alguien me separara en la biblioteca.
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