Hola mis queridos dos lectores,
Hubo un gran bache de publicaciones este año, jijiji. A veces la vida laboral se entromete en la vida real. Si, para Megami el internet y su blog y demás es la vida real. Hace poco discutía con otro escritor sobre la realidad de las vidas que vivimos y porque la que tiene el trabajo remunerado y las interacciones con gente desagradable la consideramos la real y las otras no. En fin, esas pláticas que tiene uno sobre como arreglar el mundo y otros temas metafísicos.
El caso es que el trabajo de investigación me absorbió más tiempo del que debería. Pero me complace informarles que ya hemos pasado esa horrible curva de aprendizaje y ahora regresamos a una tan ansiada normalidad. Y por normal me refiero a que habrá más posts, bueno no más, pero si regresamos a uno cada semana y si todo sigue bien tal vez incrementemos a dos por semana. Probablemente no todos de ficción, alguno que otro como este o de reseñas como hace mucho tiempo.
Quisiera poner cosas de las que ando trabajando, pero creo que eso mejor en otro blog. Jajaja. En fin.
Gracias mis queridos dos lectores, por quedarse conmigo en estas épocas difíciles. Y espero que sigan conmigo cuando por fin me publiquen mis libros. Y sobre eso, luego les cuento porque hay sorpresas!!
Se les la quiere :)
Megami
Apr 16, 2013
Apr 9, 2013
Don Gato
Este
gato había viajado por todo el barrio. Conocía muchas gatitas y buscaba solo
una que llenara su corazón. Desafortunadamente no la había encontrado. Cada día
y noche seguía con su vida de gato: comía, dormía, perseguía ratones jugaba con
pelusas, afilaba sus uñas y se fijaba en las gatitas a su alrededor.
Siempre
había un pero, ojos muy juntos, muy separados, cola muy corta, muy larga, bigotes,
color de pelo, tipo de maullido, que si platicaba mucho, o muy poco,
superficial, profunda, inteligente, tonta... nada le satisfacía.
Entonces
fue cuando pensó que su gata perfecta no estaba por ahí. Sino en algún otro
lado, en otro barrio, en otro país. Así pues se despidió de sus amigos y familia
y salió a buscar lo que le hacia falta en su corazón. Conoció nuevas comidas,
nuevas maneras de comer, de dormir, de perseguir ratones, de jugar con pelusas,
de afilarse las uñas, de maullar y claro, nuevas gatas. Pero ninguna cumplía
con sus deseos, con su imagen perfecta.
Regreso
por fin a su casa, a su barrio. Y al compartir sus aventuras muchas gatitas le
consideraron un buen partido. Un gato de mundo, sabio pero sencillo. Sin embargo el no se intereso por ninguna de
ellas.
La situación
lo tenia preocupado. Por las noches pasaba horas pensado en donde estaba esa
gatita. En sus pensamientos aquella gatita era blanca, reluciente, su cola era
del tamaño justo y flotaba en el aire de un lado a otro mostrando que estaba
contenta de verlo. Su maullido suave y
coqueto le llenaba, era un animal fino y elegante pero con el que podía hablar
de todo y nada. Que además compartía sus gustos, aunque no todos, un felino que
sacrificaría cosas por el así como el lo haría por ella.
Esa visión
lo llenaba, de día, de noche, en sueños, despierto. Y al compararla con la
realidad nada llegaba a parecérsele, excepto... La luz clara de la luna y las
estrellas que lo bañaban todas las noches. Eso tenia que ser, que su gatita perfecta
no estaba en esta tierra, estaba en la luna. Esa era la única respuesta. Era
por eso que el no la encontraba. Así, el salía todas las noches a ver la Luna,
le maullaba llamando a su amor. Cada noche de cada día de cada semana de cada
mes por muchos años la llamo y la llamo.
Sus
amigos le vieron consumirse por un amor que no existía, un amor platónico que jamás
se haría realidad. Dejo de hacer cosas por llamarle, por buscarle cada noche. Dormía
mientras los demás vivían y el vivía para cantarle a la Luna. Algunos trataron
de convencerlo pero nadie lograba entenderlo. Entender que el prefería morirse
buscando su sueño que conformarse con una realidad a medias.
Apr 2, 2013
Tuerca - Tren
Hace
algunos años hacíamos una dinámica en un taller de creación literaria que se
llamaba la tuerca. Esto era porque uno escribía el titulo y la primera palabra
y lo pasabas a otra persona, y a otra, y a otra hasta que se terminaba el
tiempo. Hace unos días, mientras tiraba papeles viejos me encontré una tuercas.
Se la comparto. Saludos mis queridos dos lectores!!
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Tren
Cuentan
que una vez, de la estacion que se
encuenta en el centro de la cudad paso algo que la mayoria describirian como
inusual. Recuerdo que sucedio en una tarde tranquila del mes de agosto; eran
alrededor de las 5 de la tarde.
Entre el calor sofocante, una dama llegó apurada.
Sus ropas elegantes, sus maletas nuebas y su gran porte, la delataba como
alguien que esta acostumbrada a la gran vida, a las comididades, posiblemente
ertaría desubicada en esa estacipn. No pocos
voltearon a verla. Más de uno hubiera querido ayudarla, sin embargo
nadie se atrevia a hacerlo hasta que hubo alguien que se le acercó.
No parecia que fuera una persona diferente a todos los demas, sin
embargo, este hombre logro que aquella dama le dirigiera la mirada. Hubo un
momento de silencio entre ambos. Despues ella lo supo de golpe. Era el quien la
habia estado acechando. Era el de quien huia. Aqulla persona de quien hasta
ahora solo conocia su voz se hallaba ahora delante de ella. Lo extraño es que no tenia miedo de el, sino de ella
misma ya que se sintio profundamente atraida hacia este hombre. Era alto,
moreno, pero de un tono bronceado, traia una gabardina cafe oscuro y un
sombrero al estilo de Dick Tracy. Cuando levanto la cara le vio los ojos color
olivo, pero mas que eso le impato su mirada profunda. ¿A caso ese hombre tan
encantador habia sido capaz de hostigarla por los ultimos 2 años? Sólo habia
escuchado su voz un par de veces por telefono. Sin poder relacionarlo con una
cara. Ahora al conocerlo no sabia si huir o besarlo.
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