Apr 2, 2015

Mi paraguas

Tomada de aquí.
Hay días lluviosos. Y luego, hay días en los que parece que va a llover y no llueve. Esos días, yo camino con mi paraguas en la mano. Y a cada paso que doy, me aseguro que nadie me mire, para poder acertar un golpe con  mi paraguas-espada a algún malhechor invisible.

El paraguas deja de serlo para convertirse en la mejor espada del mundo. Desaparecen las personas y me envuelvo en la música de mis audífonos. Se convierte en la banda sonora de mi aventura de heroína, en la que busco al dragón que acecha el Reino para deshacerme de el. El piso lleno de charcos sin secar de la lluvia anterior me transporta a la cueva de la lagartija con alas. Charcos de agua mezclada con sangre de las víctimas del dragón y de el mismo monstruo. Mis fieles botas de lluvia dejan de ser de plástico para convertirse en botas de piel de mantícora que me protegen de la acides que se produce de mezclar la sangre de dragón con agua. Espada en mano me termino de convertir en la princesa guerrera que soy. 


A cada paso destruyo monstruos, a cada paso me acerco al dragón. Lo escucho rugir, destellos de luz provenientes de su aliento de fuego. Los últimos monstruos corren, se esconden y yo estiro mi brazo y me coloco en posición de combate. Nos enfrentamos el infierno volador y yo. Oscurece todo a mi alrededor y comienzan a cae gruesas gotas sobre mi cara, sobre mi cabeza. Asestó la ultima estocada. La sangre cae mas rápido, en gotas más pequeñas , como lluvia. Y mi espada se convierte de nuevo en un paraguas. La cueva es de nuevo la calle oscurecida por las nubes. Cambiamos de canción. Me cubro con mi fiel espada-paraguas y sigo a mi destino.